
Hospital Chiriquí - Panamá
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Hospital Chiriquí
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La rodilla es una articulación de carga, adaptada perfectamente a su función. Sin embargo, las sobrecargas persistentes o los movimientos repentinos o incontrolados pueden provocar diversos tipos de lesiones de las estructuras de esta región, determinados por las características anatómicas de la misma. De todas las articulaciones de carga, es la más vulnerable al traumatismo, accidental o repetitivo, en forma de uso y desgaste.
Es importante que el médico conozca qué lesiones se pueden encontrar con más frecuencia en un paciente dado. Esta información será diferente para un joven atlético que para una mujer de 70 años. Se destaca la importancia de la anamnesis y la exploración sistemática de la rodilla para el diagnóstico de las lesiones más frecuentes como la artrosis femoropatelar, las desviaciones angulares ( genu varo y genu valgo) y la artrosis femorotibial. Finalmente, se describen los diferentes tratamientos quirúrgicos actuales para estas lesiones.

El diagnóstico se basa, en primer lugar, en la historia clínica, con un dolor de características mecánicas, de diferente localización según el compartimiento afectado. Se deben precisar las circunstancias que desencadenan la sintomatología (marcha, subidas o bajadas, escaleras, dolor tras una posición mantenida, chasquidos...) y buscar signos asociados (derrame articular, seudobloqueos dolorosos...). Son importantes los antecedentes traumáticos (fracturas articulares y lesiones ligamentosas o meniscales), profesionales, deportivos, y la obesidad, ya que pueden orientarnos hacia la artrosis.
Exploración clínica
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Debemos valorar la alineación del miembro inferior, que puede hacerse por la simple inspección. En condiciones normales, la alineación del miembro inferior permite que la carga que pasa a través de la rodilla se distribuya equilibradamente entre ambos cóndilos y los platillos tibiales correspondientes. Esta correcta alineación del miembro inferior puede observarse en el paciente que, al mismo tiempo que junta sus tobillos, junta también sus rodillas.
Existen dos situaciones, en el plano frontal de la rodilla, en que el eje mecánico está desplazado: el genu varo y el genu valgo.
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En el genu varo, el aspecto del paciente es característico. Al juntar sus tobillos, las rodillas permanecen separadas (piernas arqueadas o de jinete). En estos casos el eje mecánico se desplaza medialmente dependiendo del grado de la deformidad. Al contrario, en el genu valgo, al juntar el paciente sus rodillas, los tobillos permanecen separados. En estos casos el eje mecánico se desplaza lateralmente
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El signo fundamental de la existencia de una colección líquida articular es la presencia del choque rotuliano, que se explora con la rodilla en extensión, presionando con una mano el fondo de saco cuadricipital, para lograr una acumulación de líquido distalmente y, después, empujar la rótula contra la tróclea femoral (fig. 4). En caso de existir un derrame importante, se percibirá la sensación de que la rótula choca contra el fémur

Tratamiento Protésico de la Artrosis de Rodilla