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• Después de una artroplastia de rodilla, una infección puede ser un problema grave. Antes de que el procedimiento quirúrgico comience, se administran antibióticos como protección contra la infección. En casos graves de infección, es posible que la persona deba ser hospitalizada para recibir antibióticos por vía intravenosa o atención paliativa. En ocasiones, la prótesis debe retirarse y se debe administrar un tratamiento especializado con antibióticos antes de que pueda considerarse sustituirla (corregirla).

 

• Pese a resultados quirúrgicos buenos, el alivio del dolor puede ser insatisfactorio.

 

• Los coágulos de sangre son una complicación grave de la artroplastia. El cirujano le recetará un anticoagulante después de la operación (y, en algunos casos, antes de la cirugía) para reducir este riesgo. El uso de medias de compresión neumática y la ambulación (movimiento) temprana también ayudan a disminuir las probabilidades de coágulos de sangre.

 

• El mal funcionamiento de la prótesis puede hacer necesario otro procedimiento para arreglar o reemplazar piezas.

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