Hospital Chiriquí - Panamá
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Hospital Chiriquí
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Una rodilla luxada es una lesión de rodilla poco común vista por los ortopedistas.
Una luxación de rodilla generalmente ocurre después de una caída traumática, una lesión en el automóvil a alta velocidad o un accidente deportivo grave. A veces, una rodilla luxada volverá a su lugar (se reducirá) por sí sola o con ayuda, pero este es un proceso muy doloroso y complejo, a menudo los pacientes deberán someterse a anestesia o recibir un bloqueo de dolor para reducir la rodilla dislocada.
Los síntomas de rodilla dislocada incluyen:
Deformidad física
Dolor severo
Entumecimiento debajo de la rodilla
Pulsos ausentes o disminuidos en algunos casos
Una rodilla dislocada es una lesión muy grave. Es muy importante que el estado de la función vascular y nerviosa se determine en el momento de la lesión. Para luxaciones de rodilla más severas, puede ser necesaria una angiografía por TAC para determinar si existe una posible lesión de la arteria poplítea. Además, hasta el 35% de todas las rodillas dislocadas también tienen daño nervioso; esto debe evaluarse cuidadosamente en el momento de la lesión, principalmente para los nervios peroneos y tibiales comunes.
La mayoría de las rodillas dislocadas implican lesiones en tres o cuatro de los principales ligamentos de la rodilla. Estos incluyen la ACL, PCL, la esquina posterolateral y las estructuras mediales de la rodilla (incluido el ligamento colateral medial y el ligamento oblicuo posterior). Además, puede haber lesiones en el menisco medial o lateral, el cartílago articular, una fractura o una lesión del tendón rotuliano. Es muy importante evaluar cuidadosamente la lesión tanto en la historia clínica como en el examen físico; también es importante obtener radiografías, una resonancia magnética y otros estudios, según sea necesario.